Boletín Geobio
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Reproduzco este artículo publicado por MTIblog que, sin duda, forma parte de un completo trabajo que nos gustaría conocer por sus interesantes aportaciones.
Las Cruces: Una mina para entender la vida
Posted: 12 Aug 2014 09:54 AM PDT
Las minas son una oportunidad única. No sólo son lugares de los que se extraen recursos o ejemplares minerales para colección. Son puertas que, una vez abiertas por los mineros, nos permiten conocer un poco mejor nuestro planeta desde diversos puntos de vista: no sólo las estructuras geológicas, rocas o minerales, sino también la propia Vida se revela en las minas de una manera peculiar. En la Tierra, la Vida y las rocas y minerales que la dieron origen y la sustentan, tienen una relación mucho más íntima de lo que se pensaba hasta hace no mucho tiempo. Todos los organismos interaccionan con su entorno y lo transforman. Quizá, tras el ser humano, el mayor poder transformador del entorno lo poseen los Procariotas, pequeños organismos unicelulares que incluyen bacterias y arqueas. Gracias a los Procariotas que viven en nosotros seguimos vivos, respiramos la atmósfera que los Procariotas fotosintéticos generaron hace entre 2000 y 3000 millones de años y, como no podía ser de otra manera, ellos transforman rocas y minerales y han dado lugar a muchos depósitos minerales de los que los Humanos nos hemos beneficiado.
Algunos de los yacimientos de la Faja Pirítica Ibérica constituyen un magnífico ejemplo y, entre ellos, la mina de Las Cruces, es el más enigmático e interesante. Tras varios años de estudio cuidadoso de la mina, el equipo de investigación al que pertenezco, compuesto por científicos del Centro de Astrobiología e Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, de la Universidad del País Vasco y del Servicio Geológico de los Estados Unidos, en colaboración con la empresa Cobre Las Cruces SA, hemos encontrado evidencias de un gigantesco ecosistema oculto en el subsuelo de la Faja Pirítica Ibérica. Este ecosistema profundo se encuentra en la parte superior del depósito de cobre de Las Cruces a unos 150 metros de profundidad, aislado del oxígeno de la atmósfera. En este ambiente, organismos capaces de vivir en condiciones, bajo nuestro punto de vista, extremas (los llamamos procariotas extremófilos), como carencia de oxígeno y temperaturas elevadas, se alimentan de la materia orgánica simple acumulada bajo un potente nivel de margas que rellenan la cuenca del Guadalquivir. Sin oxígeno, estos organismos respiran gracias al sulfato presente en su entorno, lo que conlleva una serie de importantes cambios químicos en las rocas en las que viven. El metabolismo de estos organismos transformó un gossan de óxidos de hierro y su habitual acompañamiento de minerales de plata y plomo, dando lugar a la formación de varios millones de toneladas de unas rocas ricas en carbonatos, y minerales de hierro, plomo, plata y oro. Estas rocas, llamadas impropiamente “gossan”, aunque son totalmente diferentes de los gossan presentes en otros yacimientos de la Faja, eran casi desconocidas y presentan una interesante asociación mineral, que incluye galena, siderita y sulfosales de plata. En ellas hemos encontrado el primer caso descrito de organismos fosilizados en galena.
Los resultados de nuestro trabajo, publicados en la prestigiosa revista Nature Communications, indican que Las Cruces es probablemente uno de los mejores ejemplos a escala mundial de cómo la vida modifica y modela una mineralización subterránea. El sistema de Las Cruces es único en el mundo, mostrando un proceso que ha tenido lugar en los tiempos más recientes, millones de años después de formarse el mineral original, e incluso es probable que continúe ocurriendo ahora. El estudio muestra el importante papel de las bacterias en la química de los ambientes subterráneos, donde pueden formar grandes ecosistemas desligados de la luz y el oxígeno y que sobreviven con los recursos presentes en las rocas, siendo capaces de modificar millones de toneladas de rocas.
Formation of recent Pb-Ag-Au mineralization by potential sub-surface microbial activity
Fernando Tornos, Francisco Velasco, César Menor-Salván, Antonio Delgado, John F. Slack & Juan Manuel Escobar
Nature Communications 5,
Article number: 4600 doi:10.1038/ncomms5600
Received 02 September 2013 Accepted 07 July 2014 Published 06 August 2014.
El presidente de Adif, Gonzalo Ferre Moltó, y Pedro Samuel Martín, presidente de la Asociación Vía Férrea de la Plata, Vifepla, han firmado el pasado 26 de noviembre un convenio para la puesta en marcha de la Vía Verde Ruta de la Plata en la provincia de Salamanca.
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FACSA participa en la III Conferencia internacional, organizada por la IWA, sobre Economía del Agua y Gestión Eficiente de Sistemas de Saneamiento y Agua Potable.
Abren los grifos de sus casas, en la cocina o en la ducha, y se encuentran que en lugar de agua lo que sale es un líquido, entre rojo y anaranjado, con aroma a carburante. Los vecinos de Hiendelaencina, un municipio de apenas 150 habitantes en el norte de Guadalajara, llevan dos semanas sin agua potable.
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En el marco del proyecto financiado con fondos europeos BRITER-WATER, un equipo de científicos ha desarrollado un sistema de tratamiento de aguas residuales que no contienen sustancias químicas tóxicas, como las que genera la industria alimentaria. Su novedad es que está hecho de bambú, una planta que fue escogida por la densidad de sus raíces. BRITER-WATER ...
Desechos vegetales: energía + nuevos alimentos
Ahora, investigadores del proyecto europeo Value, coordinado por la Asociación para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Alimentaria de La Rioja (CTIC-CITA)
Entre el 5 y el 50 por ciento la materia prima que entra en las industrias de transformados vegetales acaba como residuo en el vertedero o se destina a alimentación animal.
Ahora, investigadores del proyecto europeo Value, coordinado por la Asociación para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Alimentaria de La Rioja (CTIC-CITA), plantean nuevos usos para estos subproductos: desde la obtención de energía (bioetanol a partir de residuos de mermelada o biogás con los alperujos procedentes de las almazaras) hasta la extracción de fibra alimentaria y polifenoles empleando restos de frutas y hortalizas.
El programa, integrado en el marco del programa europeo Interreg IV SUDOE y con financiación de los fondos FEDER, se centra en los países del sudoeste europeo (Francia, Portugal y España).
Su objetivo es aportar soluciones a la industria agroalimentaria que den valor a sus subproductos, identificando, experimentando, validando y difundiendo tecnologías de tratamiento y valorización. Con ello se trata de reducir, reutilizar y dar nuevos usos a estos productos desechados, a la vez que se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por los bioresiduos que van al vertedero.
Rafael López, investigador de la asociación y coordinador del proyecto Value, explica que “de los subproductos vegetales, como el cardo, se puede obtener un tipo de fibra que luego se incorpora a otros alimentos, y también polifenoles, que sirven como antioxidantes y se emplean además en la fabricación de productos cosméticos”.
La tecnología permite que estos residuos se conviertan en materia prima para nuevos procesos de transformación. “De la ciruela –continúa López– se extraen pectinas para alimentación, usando la pulpa, mientras que con los huesos triturados pueden fabricarse agromateriales para construcción”.
'Ecoinnovación' para el sudoeste de Europa
El escaso nivel de tratamiento de los residuos es un problema generalizado en todo el sudoeste europeo, especialmente grave en nuestro país en regiones como La Rioja, Navarra o Aragón, con una alta concentración de empresas de este tipo. La preocupación por encontrar soluciones es creciente, y más teniendo en cuenta la exigente legislación ambiental europea.
A través de este proyecto se han puesto en común la experiencia técnica y los problemas que se encuentran las empresas, con el fin de dar a conocer y transferir las diferentes tecnologías alternativas existentes para el aprovechamiento de los residuos, tanto alimentario como energético y de obtención de nuevos materiales.
Para ello se ha implicado a pymes representativas del sector de los transformados vegetales, con las que se han realizando experiencias piloto de extracción, valorización y aprovechamiento de subproductos con alto valor añadido.
Según explican los responsables del proyecto, los resultados, difundidos en talleres, servirán como herramienta a las industrias para la toma de decisiones sobre inversiones en tecnologías de valorización. También se pretende contribuir al desarrollo del sector de la eco-innovación en estas regiones.
Esta iniciativa cuenta con un presupuesto de 1.226.235 euros. Junto a CTIC-CITA, participan el centro tecnológico especialista en investigación marina y alimentación AZTI-Tecnalia, del País Vasco; la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB); la Fundación CENER-CIEMAT, centro especializado en energía renovables de Navarra; APESA, Asociación para el Medio Ambiente y la Seguridad en Aquitania; el Centro de Transferencia de Recursos Agrícolas de Toulouse (CRT-CATAR, Francia) y el Centro Técnico de Valorización de Residuos de Guimarães (CVR Residuos, Portugal).
Una de las experiencias piloto del proyecto VALUE se ha centrado en la extracción de fibras y compuestos antioxidantes a partir de deshechos de hortalizas. Se trataba de obtener fibra alimentaria neutra en color y sabor, y con buenas propiedades tecnológicas para su uso alimentario.
Las pruebas se realizaron con residuos de tomate, brócoli, coliflor, cardo, alcachofa, zanahoria y champiñón aportados por industrias de Extremadura, Murcia y La Rioja.
El tomate presentaba demasiados carotenoides, mientras que la coliflor y el brócoli tenían el inconveniente de los componentes azufrados que le dan su aroma característico. El cardo fue el que mejores resultados dio: aunque su componente mayoritario es el agua, este vegetal tiene un gran contenido en fibra dietética, que puede extraerse de las hojas externas que se deshechan durante su limpieza (hasta un 75% de la materia prima).
Según los investigadores, esta fibra puede incluirse como ingrediente en alimentos como panes, cereales, barritas de cereales, galletas, bollería, pastas, yogures y derivados lácteos, así como en salsas y productos dietéticos. Se obtuvo, además, un extracto de polifenoles útil en la formulación de productos cosméticos.