Por el momento, el mercado se muestra reticente a la incorporación de nuevas técnicas para los controles de calidad y prefiere seguir aplicando los procedimientos químicos y de filtrado tradicionales para garantizar la potabilidad de las aguas, pero el menor coste y la mayor eficacia de los nuevos materiales para la remediación -sean biológicos o no- que se investigan en los laboratorios actualmente acabarán por imponer su estandarización.
Uno de los nanomateriales -su tamaño es inferior a una micra- que los investigadores apuntan como clave en las industrias de tratamiento es el nitruro de boro.
Este material artificial compuesto binario del boro -tiene las mismas proporciones de esta sustancia y de nitrógeno-, fue descubierto a principios del siglo XIX y comercializado medio siglo después. Se utiliza actualmente para la fabricación de aislantes eléctricos, crisoles para reacciones o materiales electrónicos.
Aislante y altamente impermeable
De hecho, se trata de una material extremadamente duro -el segundo tras el diamante, lo que le permite una aplicación como abrasivo para herramientas industriales- con propiedades de aislante eléctrico, muy impermeable y excelente conductor del calor.
Pero siendo importantes estos usos, gracias a su gran poder de absorción y de selección, es capaz de retener hasta 33 veces su peso, lo que ha hecho que diversos grupos de investigación analicen su empleo para remediar aguas contaminadas por sustancias químicas o por deshechos de aceites pesados industriales. Un método que puede resultar muy eficaz sobre todo para tratar aguas contaminadas por derrames o vertidos incontrolados.
Los autores de la investigación (Weiwei Lei,David Portehault, Dan Liu, Si Qin y Ying Chen) han probado el éxito de este nanomaterial para la eliminación de aceites, disolventes orgánicos y colorantes disueltos en el agua.
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